Un Congresista en Cuarentena
En Julio cumplo dos años de haber sido elegido Senador de la República. Hasta el día de hoy puedo decir que no he tenido un día igual al otro. Todos los días aprendo algo nuevo, he tenido contacto con gente maravillosa y he venido recorriendo el país tratando de ayudar a generar desarrollo y equidad.
Debo reconocer que la experiencia ha sido formidable, que me gusta lo que hago y lo disfruto. A pesar de que el Congreso sea una de las instituciones mas desprestigiadas y menos queridas por la opinion pública, me siento orgulloso de mi trabajo porque lo hago con el corazón, consagrado las 24 horas del día a representar con entereza a mis electores.
Para muchos colombianos los congresistas no trabajamos y no hacemos nada. Pero yo quiero confesar que en mi vida había trabajado tanto como ahora. Y eso que vengo de haber trabajadado casi toda mi vida en consumo masivo, donde se camella duro y con ganas. También veo moler duro a un grupo muy importante de congresistas. Es un trabajo exigente pero muy desagradecido. Todos los ojos están puestos en uno. Nos dan palo porque si y porque no. Nos dicen de todo lo que se puedan imaginar en las redes. Mi pobre madre lleva del bulto con frecuencia.
Lo cierto es que uno termina sacrificando la vida personal y la de su familia por el servicio a los demás. Aun así, y a pesar que se trabaja con todo el compromiso, la percepción sigue siendo negativa. En estos días sí que me he sentido acongojado, pues ante la emergencia sanitaria y económica que vive el país, he advertido que muchos sectores consideran al Congreso un convidado de piedra. Pero lo cierto es que muchos congresistas trabajamos muy duro por gestionar esta crisis, apoyando a los gobiernos locales y a las comunidades para mitigar los efectos de esta maldita pandemia. Pese a ello, los mensajes que siguen llegando al whattsapp, más los que circulan en las redes y medios acerca de nuestra labor como legisladores, le bajan a uno la moral.
Estos días de cuarentena, me ha servido para reflexionar mucho sobre lo que hago. Y aunque sostengo que se trabaja duro desde la virtualidad, incluso con mayor intensidad que en condiciones normales, lo cierto es que desde afuera no se percibe así. Se la pasa uno en reuniones virtuales todo el día; con la bancada y el gobierno, con alcaldes, con la Comisión VII del Senado, con el bloque de Parlamentarios del Valle, con mi equipo y con los que nos piden cita.
La verdad es que debo reconocer que este aislamiento obligatorio ha sido muy útil para encontrar nuevas fuerzas para seguir adelante. El estar en casa es una bendición y un respiro. La familia me oxigena y revitaliza. La cuarentena me ha permitido acompañar a mi hija en su proceso de aprendizaje y aunque suene raro, también me ha dado la oportunidad de conocerla más. Esta ha sido una gran oportunidad para habalar con mayor profundidad con mi esposa. He vuelto a cocinar, cosa que me fascina aunque no lo haga muy bien. Algunos platos me han quedado al punto, pero tambien debo admitir que le ha tocado a mis comensales comerse de vez en cuando un arroz masacotudo y ahumado. He estudiado y he leído en las noches. La cuarentena incluso me ha servido para poder escribir y desahogarme con ustedes.
En fin, a las palabras necias de los malquerientes, oídos sordos. Por lo pronto toca seguir dándole y con más ganas, pues es en estos momentos de extrema dificultad donde sabemos de qué estamos hechos. Necesitamos la cabeza tranquila y reflexiva para ayudar a construir las soluciones que requiere nuestra nación para afrontar el futuro. Es el momento de la solidaridad con quienes más lo necesitan. De reinventarnos pero también de respaldar a quienes están dando la batalla para contener esta pandemia. A los médicos, científicos, soldados, policías, domiciliarios, campesinos, en fin, a todos esos héroes anónimos que están exponiendose en carne propia por el bienestar de los demás. Es momento de pensar como repuramos también la salud de la economía y de las empresas. Por mi parte seguiré con la frente en alto, redoblando esfuerzos y con la absoluta seguridad de que al final saldremos unidos como país tras sortear la etapa más crítica del virus.
Prórroga: El presidente del Senado nos citó a instalar el Senado el lunes 13 de abril. Entiendo su posición y sé que está muy presionado. Me solidarizo con el. Sin embargo, estoy convencido que el Congreso debería poder sesionar virtualmente. Es una medida de suma responsabilidad con los congresistas y con el país.
Luz Elena Londoño G.
Me parece que al escribir con el sentimiento, refleja honestidad y un deseo muy grande por hacer las cosas bien a pesar de las criticas.
Eso es lo.importante, pasar por encima de comentarios destructivos por que no vale la pena escucharlos mientras no sean objetivos y no propongan soluciones.Uno puede disentir con argumentos y con ideas.Me apego a las palabras del presidente, ” Soluciones no Agresiones”.
Asi es que siga trabajando a conciencia y sin hacer caso a las criticas negativas.Ya sabemos que hay muchos congresistas que sólo van a calentar puesto y otros a buscarle el quiebre a los que si trabajan y presentan proyectos importantes para el país.
Nestor Hugo Millan Mendoza
Aapreciado Senador .
Muchas gracias por compartirnos aspectos propios de su vida familiar .
Me entristece observar cómo la mamertada , cuales hienas pestilentes , no respetan el momento que padece el Pueblo Colombiano para desde el Congreso Nacional seguirle haciendo oposición politiquera al Presidente de la República . Es que no le perdonan que el Pueblo esté reconociendo su claro liderazgo en éstos momentos difíciles para la Nacion .
Irma Bastidas
Cómo todo senador Gabriel, hay algunos congresistas que se destacan por sus grandes gestiones hacia los ciudadanos, presentan proyectos, están siempre mirando lo que es más conveniente para Colombia, y otros que en su vida han presentado proyectos, se la han pasado criticando porque si, y porque no. Tú y Christian se han destacado por su grandes gestiones y proyectos en tan poco tiempo, son de los congresistas que están atentos cuando se los llama a dar una asesoría o una manito a su gente, son congresistas agradecidos con valores éticos y morales intachables, por eso la gente sigue confiando en Uds. Mil gracias en nombre de toda Colombia
Alberto García Plata
En un país con sistema presidencial, como Colombia, a los legisladores se les denomina congresista, o senador o representante, según a la cámara que pertenezca.
En los países con sistema de gobierno parlamentario, se les denomina a los legisladores como Parlamentarios, por pertenecer a un parlamento (Asamblea o Cámara Legislativa), lo que en Colombia, equivale al congreso.
Franklin Guerrero
Quienes observamos el desenvolvimiento en diferentes frentes de la vida Nacional, valoramos su espíritu desinteresado de trabajo y su compromiso por su región por Colombia y por su gente. Siga así y tendrá la recompensa
Ana Cecilia Cifuentes Borrero
Me encanta leer sus columnas, apreciado Senador. Es grato comprobar que valió el trabajo de influenciar a parientes y amigos para depositar su voto por una persona no muy conocida políticamente pero si mucho por sus cualidades personales y empresariales. Felicitaciones.
Carlos Arturo Ceballos Uribe
Hola senador,buena apreciación, los senadores tienen mucha responsabilidad y también merecen Descanso, en cuanto a lo virtual también lo veo posible pero en tiempos de emergencia. Un Saludo y un Abrazo .
Esly Pantoja
Excelente publicación, tan autentico como siempre Gabriel, sigue así trabajando por nuestra colombia sin importar lo que dicen, lo que le debe quedar a uno es la satisfacción de hacer las cosas bien.