Del Ahogado el Sombrero

Del Ahogado el Sombrero

Esta semana conocimos que el crecimiento económico para el tercer trimestre del año fue del 2%. Una cifra levemente superior a la presentada en el primer y segundo trimestre del año, que fueron del 1.3% y del 1.2% respectivamente. Sin embargo, algunos han manifestado que ya llegamos al punto de inflexión y que lo peor, ya pasó. O por lo menos así lo expresó el Ministro de Hacienda, que incluso se aventuró a sugerir que el país iba a crecer al 2.5% para el último trimestre del año, lo cual nos llevaría a cerrar el 2017 con un crecimiento acumulado del 1.8%.

Todos los colombianos queremos creer que tocamos fondo, porque francamente estamos todos preocupados. El 2016 no fue un buen año; el país creció el 2% y fue el crecimiento más bajo de los últimos 7 años. El 2017 sin duda alguna va a ser peor. El peor de los últimos 8 años, incluso si se cumplen las predicciones del ministro de crecer al 1.8%.

Lo complejo es que la mayoría de nosotros no confiamos mucho en las predicciones del ministro. Lo cierto es que se ha venido descachando sistemáticamente y no le ha pegado a las predicciones que en los últimos cierres de año hace sobre el crecimiento económico del año siguiente. Las ha tenido que ajustar; o mejor dicho, bajar.

Ojalá el ministro no tenga que ajustar nuevamente su proyección y que podamos crecer al 2.5% en el último trimestre del año como él dice. Sin embargo, revisemos estos cuatro puntos que pueden afectar el crecimiento del cierre del año y el inicio del siguiente.

PRIMERO

Aunque algunas campañas apenas calientan motores entre la opinión pública, lo cierto es que ya arrancó el año electoral;. Estos no son precisamente los mejores tiempos para los resultados económicos.

Las elecciones y los cambios de gobierno normalmente generan incertidumbre en los mercados y frenan la economía mientras el panorama político se despeja. Pero Colombia no está en un año electoral normal. Nos enfrentamos al momento político e histórico más importante de nuestra era moderna, donde todo lo que somos como sociedad está en juego. La realidad es que existe mucha incertidumbre con lo que va pasar con el país y la confianza inversionista esta golpeada. Los actores económicos están a la expectativa de los resultados de las elecciones de marzo y de mayo para tomar sus decisiones de inversión.

Por otro lado, nos vamos a encontrar con que uno de los actores que incide en el crecimiento económico, como lo es el Estado, va a estar frenado. La inversión y el gasto público se va a ver seriamente disminuido por las restricciones en la contratación. Para no ir muy lejos, esta semana que pasó inició la ley de garantías, la cual solo se levantará en el peor de los casos en junio, si nos vamos a segunda vuelta.

SEGUNDO

A Octubre de 2017 y según Fedesarrollo, la confianza del consumidor sigue estando en negativos. Si la gente no gasta es por desconfianza o porque su bolsillo está afectado. Esto dificultará el poder movilizar el crecimiento hacia las tasas deseadas y esperadas.

TERCERO

La industria y el comercio están decreciendo y lo están haciendo en gran medida porque ha caído el consumo por la desconfianza y por la falta de capacidad de compra que mencioné en el punto anterior. Para rematar, el decrecimiento de la industria sería aún mayor si le quitáramos el crecimiento que ha generado Reficar.

CUARTO

Las cifras de desempleo han crecido paulatinamente, lo cual ha pasado de ser un hecho aislado mensual, a volverse una tendencia para el 2017. Es apenas obvio que la pérdida de empleos aumente el nivel de desconfianza y se contraiga el consumo. Vuelve y juega y aparece la misma frase.

¡Cómo no estar preocupados! El panorama no es alentador y las señales no son claras. Pero bueno, del ahogado el sombrero. El sector agropecuario y la agroindustria están creciendo al 7%.

¿Que tal que se diseñara e implementara una política pública integral para el desarrollo del agro y el gobierno le Parara-Bolas de verdad a uno de los sectores donde está el futuro de Colombia?

Enderezar el rumbo de la economía será la primera tarea del nuevo gobierno y de quienes desde el congreso vamos a trabajar por las empresas, sus colaboradores y el bolsillo de la gente.

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