Se Puso el Dulce a Mordiscos

Se Puso el Dulce a Mordiscos

Hace poco publicaron el resultado del desempeño del empleo en Colombia y sus conclusiones son poco alentadoras. Creció el desempleo en noviembre el 0.9% y es el tercer mes consecutivo que aumenta. Lo cual no es un buen síntoma. Lo cierto es que los números en sí mismos son fríos y aunque muestran una tendencia, están lejos de poder transmitir las realidades y necesidades que puede experimentar una persona cuando pierde su trabajo y cómo esto afecta a su familia. Les cuento la siguiente historia para que se puedan hacer una idea.

El viernes me invitaron a una reunión en el barrio Floralia de Cali. La sala de la casa la habían reacomodado para poder llenarla de asientos y todos estaban ocupados para escucharnos. Fuimos atendidos con toda generosidad por los anfitriones. Ya nos íbamos a ir cuando el padre de nuestro anfitrión pidió la palabra. Nunca en mi vida olvidaré lo que nos contó.

Él había trabajado toda su vida con un solo fin, darle educación a sus hijos para que ellos pudiesen salir adelante. A sus 60 años lo había logrado, sus tres hijos eran profesionales y se habían casado a su vez con tres mujeres profesionales. Hasta ahí una historia inspiradora. Pero el relato, como en un final de un cuento de Cortázar, dió un giro inesperado. El señor había perdido su trabajo hace un par de años y ya nadie lo contrataba por estar “viejo”. Nos contó con tristeza pero con estoica resignación, que el se rebuscaba sus ingresos entrenando equipos deportivos. Pero con profundo dolor y decepción nos contó que sus 3 jóvenes hijos y sus nueras (todos profesionales) estaban desempleados hace meses. Sí señores, el “viejo” y los 6 profesionales están desempleados.

A esta familia el desempleo no le aumentó el 0.9%, sino que los cobijó a todos; aun siendo profesionales. Su abrumadora realidad me ofreció un testimonio de vida que ratificó lo evidente; cuando la economía no camina, el dulce se le pone a mordiscos. Las empresas tienen menos ingresos y como consecuencia de ello, inician los recortes de personal. Las familias sin empleo obviamente reciben menos dinero y se ven obligados a restringir sus compras. Cuando cae el consumo, caen las ventas y vuelve e inicia el ciclo, convirtiéndose en un espiral negativo que destruye oportunidades.

Duele evidenciar la realidad de esta familia. Confieso que me conmocionó y me sentí impotente; pero también me hizo entender que si lo que queremos es generar más empleos, mayores oportunidades y equidad, tenemos que invertir el espiral. Mejor dicho, necesitamos que a las empresas les vaya bien para que estas generen más empleos directos e indirectos. Al estar trabajando las personas consumen más y como consecuencia lógica las ventas aumentan, y el ciclo se repite generándose un espiral positivo.

Es por ello que si lo que queremos es generar más empleos y oportunidades, debemos volver el crecimiento económico y el desarrollo empresarial un imperativo de Estado. Este debe fomentar, facilitar y garantizar las condiciones para que las empresas puedan crearse, crecer y multiplicarse. No puede seguir pasando que el Estado sea el que pone las trabas, las persecuciones y además de todo nos clave con más impuestos. El Estado debe ser el principal interesado y aliado para que a los empresarios (pequeños, medianos y grandes) les vaya bien, y así puedan generar más empleo directo e indirecto.

Parémosle-Bolas a Churchill que tenía toda la razón cuando sentenció: “muchos miran al empresario como el lobo que hay que abatir; otros lo miran como la vaca que hay que ordeñar; pero muy pocos lo miran como el caballo que tira del carro”.

Por Dios, cuidemos el caballo, que de su supervivencia, estímulo y cuidados, depende el destino del desarrollo de este país.

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3 comentarios en «Se Puso el Dulce a Mordiscos»

  • Jaime Mazorra Gomez
    17 enero, 2018 a las 10:09 am

    Por que es positivo el incentivar la instalaciones de empresas, reduciendo los inmpuestos, tal como sucedió en en Cali en la década de los sesenta y en el norte del Cauca, por poner algunos ejemplos y no recargar de impuestos al sector productivo y si al sector financiero.

  • Julio César Ospina
    15 enero, 2018 a las 7:42 am

    Como siempre Gabriel, aterrizadas y acertadas sus reflexiones. Ojalá con el inicio de año, se hagan los cambios drásticos que necesita el País. Es compromiso de todos.
    Gracias.

  • Manuel H. Madriñan
    14 enero, 2018 a las 3:50 pm

    Excelente reflexión Gabriel Jaime.
    Hay que seguir dando más oportunidades al caballo que, es el hace avanzar la economía; hay que reducir trámites, hay que propiciar acciones y hay que ser muy innovadores para generar más empleos.

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