Hace ya casi cuatro años que inicié un viaje maravilloso, lleno de conocimiento, aprendizaje, crecimiento, maduración personal y profesional. Fue un giro radical y rico en mi vida, el cual me moldeó y desarrolló más allá de lo que me imaginé al zarpar en un comienzo.

Trabajar en la ANDI de la mano de los empresarios del Valle, ha sido un honor, un privilegio y un regalo de Dios. 

El camino continúa y el momento del país y de nuestra región nos imponen nuevos retos. Lo que hicimos en la ANDI fue una labor en favor del desarrollo de nuestra región, de la empresa y de sus colaboradores. La tarea se realizó, pero los esfuerzos fueron insuficientes. Colombia se enfrenta hoy al desafío más importante de su historia política, donde todo está en juego. Desde los últimos años, pero sobre todo en la próxima legislatura, nos vamos a encontrar con una izquierda “reforzada” y con el nuevo partido de las FARC, que pretenden poner en tela de juicio la propiedad privada y la libre empresa. Intentarán cambiarnos las reglas de juego, llevarnos a un nuevo modelo económico y, si no le Parámos-Bolas, acercarnos al modelo “progresista” del socialismo del siglo XXI de Venezuela.  

Las opciones que tenemos son pocas. La empresa como la conocemos hoy está en jaque, así como los empleos que ellas generan. Si a la empresa le va mal, a su fuerza laboral le va mal y a todos nos va mal. Comienzan los despidos y desaparecen las oportunidades. La amenaza que existe es real y no discrimina, va contra todos. Esta “progresista” forma de ver el mundo, ataca a las empresas y a sus colaboradores; no se salva nadie, ni las pequeñas, las medianas y mucho menos las grandes.  

La pregunta del millón es: ¿qué hacemos? Claramente no nos podemos quedar cruzados de manos esperando ver que va a pasar. Tenemos que salir al ruedo a enfrentar esta situación y ser parte de la solución. ¡Si no nos sacudimos, nos hundimos!

Sin duda llegó el momento de la verdad, donde tenemos que salir a trabajar, trabajar y trabajar para cambiar el rumbo. Llegó el momento de defender a la empresa como el motor que genera el desarrollo social y económico de un territorio. Llegó el momento de defender a la fuerza laboral de este país, para que sigan disfrutando de empleos dignos y seguros. Cuando se ataca a la empresa no se ataca a sus dueños, se pone en riesgo el desarrollo y bienestar de todo nuestro sistema social. No lo podemos permitir. 

Es por ello y que sin pensarlo dos veces, he decidido renunciar a la ANDI y aspirar a ser uno de los Senadores del Centro Democrático en las próximas elecciones. Cada uno de nosotros decidimos cómo enfrentar esta nueva realidad. Yo asumí el compromiso con la patria en un momento decisivo de la vida nacional. Espero contar con ustedes. Mientras tanto… patos al agua. Para recuperar el rumbo del país, lucharé por disminuir los impuestos, mejorar los salarios de los trabajadores y generar más empleo.