Fuerza Élite Especial

Fuerza Élite Especial

En Cali están prendidas todas las alarmas. Lamentablemente en los últimos días la palabra homicidio ha sido reiteradamente parte de los titulares de todos los medios de comunicación. Son más de 18 muertos en el fin de semana que inició el jueves 23 de noviembre. Se generaron 2 asesinatos por atentados sicariales y una señora se salvó milagrosamente. El hurto de celulares se ha disparado. Debo reconocer que las cifras de homicidio en Cali han bajado, pero seguimos estando muy por encima del promedio nacional. Y la realidad, aunque no me guste decirlo y mucho menos escribirlo: ¡los caleños tenemos miedo!

Una de las mayores responsabilidades que tiene un dirigente para garantizar el buen gobierno es la seguridad. La seguridad a su vez es la primera condición para el desarrollo económico, la inversión y la política social. Sin seguridad no se puede generar confianza inversionista y sin confianza inversionista no se crean nuevas oportunidades de ingreso, desarrollo y fortalecimiento del tejido social.

Nos guste o no la historia, la realidad es que Colombia pasó las duras y las maduras en los 80’s con el flagelo del narcotráfico. Las guerrillas no se quedaron atrás y como al que le van a dar le guardan, el terrorismo, el secuestro, el asesinato y el narcotráfico se volvieron el pan de cada día. A muchos se nos olvida en qué país vivíamos, pero seguro a todos nos golpeó en la puerta de la casa el dolor de la inseguridad y la violencia. A muchos de nuestros jóvenes no les tocó esa dolorosa parte de nuestra historia reciente y solo saben de ella por los relatos épicos de sus padres y abuelos. ¡Pero que pasó, pasó! Lo cierto e incontrovertible es que por muchas décadas los colombianos vivimos acorralados y amedrentados por las guerrillas y los narcotraficantes.

El país se cansó y decidió creerle a un hombre que planteaba que la seguridad democrática era el camino. Se recuperó la autoridad, el orden y el imperio de la ley. Logró alinear a las fuerzas militares y de policía en un solo camino. Nos enseñó que la articulación con la autoridad funciona cuando se tiene la determinación para doblegar la criminalidad. Nos enseñó que era posible imponernos al terrorismo y a la delincuencia. Nos abrió y despejó la trocha para construir un mejor país; pues tuvo la voluntad política, el valor y la firmeza para enfrentarse al crimen. Se fortalecieron y engrandecieron a nuestras Fuerzas Armadas y pasaron a ser una de las instituciones mas queridas del país.

El ejército Colombiano contribuyó a tener muy cerca la derrota militar de las FARC y debilitó las estructuras criminales. Cuando más terror generó la guerrilla, ahí estuvo el ejército a nuestro lado. Hoy lo necesitamos de nuevo.

Nuestra realidad es otra, pero la sintomatología es muy parecida. Si dejamos avanzar la enfermedad, la verdad es que nos lleva el que nos trajo. El narcotráfico nunca ha desaparecido y hoy campea por todo el país. La guerilla tampoco ha desaparecido, tenemos de todos los tipos, “disidentes” y elenos, entre otros varios. La delincuencia común se organizó y hoy ya son BACRIM. Los hurtos de celulares, la violencia urbana y los homicidios, han tenido la osadía de “robarse” los titulares.

Las ciudades colombianas tienen nuevas amenazas y Cali no es la excepción, hoy tenemos serios desafíos de seguridad. La gente tiene miedo y tenemos que hacer algo. Reconocemos la buena intención del alcalde al aprobar los operativos conjuntos Policía-Ejército para mejorar la seguridad. Algo que la ciudadanía y el concejal Roberto Rodríguez habían estado pidiendo vehementemente.

Celebramos las medidas, pero son insuficientes. Cali necesita un Batallón de Fuerzas Especiales Urbanas que refuerce el pie de fuerza de la ciudad, tal como se acaba de crear esta semana en Bogotá y en mayo en Medellín. Estas Fuerzas Élites Especiales deben operar en los puntos más críticos de la ciudad y fortalecer la lucha contra las estructuras criminales que aún perduran en el área metropolitana. Los vallecaucanos debemos unirnos y presionar para que se nos asignen más policias y una unidad élite del ejército que pueda actuar de manera articulada para la tranquilidad de todos los hijos de esta tierra.

La seguridad debe ser la prioridad y no puede seguirse postergando en las ciudades colombianas como una asignatura pendiente. Parémosle-Bolas, en Colombia debemos recuperar la autoridad, el orden y el imperio de la ley.

Por ningún motivo nos vamos a dejar vencer por el miedo. Lo vamos a derrotar nuevamente.

PRÓRROGA o más bien PITAZO FINAL, porque lo que escribo a continuación no aguanta el alargue:

Las 16 circunscripciones especiales se hundieron. “Final, final, no da más.”

El pais no aguanta ningún tipo de conejo y menos aquellos que quieren sacar del sombrero.

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Un comentario en «Fuerza Élite Especial»

  • elsy medina
    5 diciembre, 2017 a las 5:47 am

    el estado traiciona a sus fuerzas armadas al despojarla de su fuero militar que es lo minimo que puede ofrecerle para protegerse de la guerra juridica y judicial que por antonomasia se desata cuando el enemigo no puede resistirlas y menos vencerlas en el campo de batalla. Ahora que estamos adpórtas de una dictadura y de un regimen castro cahvista y narcotraficante no tendremos quien nos defienda y seremos presa facil del enemigo.

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