Muchos creíamos que los codazos tan solo los daban algunos futbolistas que juegan sucio. Bueno; a veces también pasa de manera figurada en nuestra sociedad. Aunque no es lo deseable, a nadie le sorprende del todo que eso pase en los deportes de contacto. Lo que si nos dejó a todos perplejos es que esto aconteciera en el embalaje de una etapa del tour de France en donde los ciclistas pueden ir rodando a más de 60 kilómetros por hora.

Lo cierto es que esta semana en el final reñido de la etapa que culminaba en la ciudad de Vittel, Peter Sagan (campeón del mundo) decidió sacar su codo, cerrarle el camino al oponente que le disputaba la etapa y que este cayera contra la barrera. Increíble como parezca, así fue. En una conducta antideportiva el ciclista levantó sin pudor su extremidad superior. La víctima Mark Cavendish, el corredor activo con más etapas ganadas del tour (30), terminó en el hospital con la clavícula rota. La cosa no quedó ahí, atrás de ellos venían en pura dos ciclistas que no lograron evitar al corredor derribado y chocaron contra él. Afortunadamente para estos últimos, no tuvieron lesiones importantes y continúan en carrera. Cavendish si tuvo que retirarse de la competencia.

Ese mismo día los comisarios decidieron expulsar a Sagan por “poner seriamente en peligro a varios corredores”. La decisión ha causado polémica por que para algunos es muy rigurosa y para otros justa. Los defensores del campeón del mundo sostienen que el nunca soltó el manubrio y que levantar el codo es un movimiento que puede ser causado por un reflejo para mantener el equilibrio en este tipo de situaciones. ¿Sera?

Los que consideramos que la medida disciplinara es justa y ejemplarizante, pensamos que se está sancionando el riesgo que generó para sus compañeros de pelotón. También inferimos que se castiga la intención y la conducta antideportiva. Los comisarios entienden que Sagan quiere obstruirle el paso a los que vienen atrás para el poder obtener una mejor posición en el embalaje y ganar la etapa, sin importarle las consecuencias para los demás. Cualquier ciclista y más, uno profesional y experimentado, es conocedor de las consecuencias que puede generar cerrar el camino de manera intempestiva a un competidor en un lote que viene a más de 60 kilómetros por hora. La situación pudo haber sido más grave, creo que Canvendish que sufrió una lesión importante y los otros dos, la sacaron barata en esta oportunidad.

La caída de Cavendish y todo este asunto del codo del ciclista es un claro ejemplo de quiénes buscan obtener sus resultados a cualquier precio, aun pasando por encima de los demás. Muchos lo hemos visto en nuestro paso por el colegio, la “U”, en el trabajo, en la vida pública e incluso, con nuestros amigos y familia. Para nada me alegra que esto le haya pasado a Peter Sagan, se pudo haber equivocado como muchos de nosotros lo hemos hechos en nuestra vida. Lo que si me reconforta es que su conducta haya generado consecuencias ejemplarizantes y disuasivas.

No podemos seguir creyendo que el que hace lo que sea para ganar u obtener sus resultados es un tipo listo, astuto y sagaz, mientras los demás unos bonachones ingenuos, para no subir el tono de las palabras de este blog. No podemos continuar pensando que el camino corto y el más fácil es el que debemos andar. No podemos seguir centrados en el “yo”, sin importar las consecuencias de mis acciones hacia los demás.

¿Será que no podemos cambiar el dar tanto codo por un sincero y fraterno apretón de manos?